lunes, 6 de septiembre de 2010

LA EVALUACIÓN PSICOLÓGICA: Una herramienta a favor de del conocimiento personal


Durante el transcurso de la vida, la incertidumbre suele ser una constante en el ser humano. Sin resolver sus cuestionamientos, el hombre guía su vida en función a los parámetros sociales más aceptados. Busca el éxito como felicidad sin saber qué significado personal adjudicarle y por lo tanto, sin saber cómo alcanzarlo. Y sucede que en su búsqueda, finalmente se siente frustrado, insatisfecho o sin rumbo, atrapado en medio de una rutina en la que pierde confianza en sí mismo y en sus posibilidades de desarrollo.

Se sabe que para la mayoría de personas, el éxito se encuentra relacionado al grado de satisfacción alcanzado en función al cumplimiento de sus aspiraciones personales; obviamente, el conocimiento de estas aspiraciones tiene como factor más influyente a todos los aspectos que conforman su sí mismo.

En este sentido la psicología, como ciencia que estudia la experiencia humana, cuenta con herramientas que permiten la evaluación de aspectos importantes que favorecen el reconocimiento de las fortalezas y debilidades del individuo, sus fuentes de motivación y metas acordes a sus necesidades individuales.

La evaluación psicológica –realizada mediante el uso de tests entre otras técnicas-, posibilita establecer un diagnóstico que resulta de la visión integral y profunda de la persona, a partir de la observación y análisis de ciertas características desconocidas de la misma.
Estas pruebas suponen provocar una situación en la que un sujeto o grupo de personas son estimuladas a realizar determinado tipo de actividades tales como leer, relatar, dibujar, resolver, completar, armar, etc, siguiendo ciertas consignas pautadas y uniformes, con la finalidad de poder determinar sus capacidades, habilidades, rasgos de personalidad, actitudes, entre otras características del individuo, y de esta manera contribuir a que la persona
logre definir claramente aquellos factores que obstaculizan su desempeño en los diversos ámbitos en los que se desenvuelve, descubriéndose a partir de ello como potencialmente exitosa.

Lamentablemente, el objetivo principal de la evaluación psicológica ha sido malinterpretado por aquellos que observan el aumento de la utilización de los tests en la práctica clínica y organizacional, otorgándole a estas herramientas una connotación negativa en el sentido de considerar como su finalidad el hurgamiento en la conciencia del individuo para hallar sus deficiencias ocultas, para clasificarlo, seleccionarlo o descartarlo de modo mecánico mientras se encuentra a la espera de alguna oportunidad para salir adelante en un mercado laboral altamente competitivo.

Podríamos considerar que, el conocimiento de las diversas características que conforman la personalidad del ser humano facilitaría la visualización y establecimiento de alternativas para que éste alcance un mejor desempeño a nivel personal, social y laboral, así como también un mayor grado de satisfacción como consecuenciade ello. Sin embargo, depende de la persona ejercer su facultad de decidir si mantener oculto su perfil o reconocerlo y elegir la dirección más adecuada para el logro de sus metas. ¿Cuál camino elegirías?.

sábado, 28 de agosto de 2010

La muerte y el paciente terminal

HOMBRE SOCIEDAD Y MUERTE

El hombre es el único animal que sabe que envejece y tiene que morir, pero no quiere envejecer ni morir. Hay que considerar que la muerte forma parte de un ciclo vital.

Debemos tener en cuenta ante un paciente moribundo que su muerte es irremediablemente personal, al igual que la vida. La certidumbre de la muerte es lo que humaniza, y de los aspectos más importantes que debemos de considerar es que el moribundo es un ser vivo, y la proximidad de la muerte les hace más sensibles sabios y nobles.

La asistencia al enfermo no curable pasa por la desdramatización de la muerte, ya que el principal problema en estos pacientes es aceptarla, por el problema que plantea su negación.

Hoy en día el negar la muerte y tratar de vivir más requiere medios técnicos que sólo se pueden dar en un hospital, así que la gente no muere en casa y muere en el hospital. Por esta razón podemos considerar que las instituciones y la medicina han expropiado a las personas su propia muerte. “ Hay que permitir a las personas que vuelvan a morir en casa.

Actualmente la muerte tiende a ignorarse, se separan los que van a morir o se les tiene dormidos, hay que procurar o permitir que el moribundo sea activo ante su propia muerte. No hay que olvidar que el moribundo sigue siendo una persona viva y tiene derecho a una muerte digna:

participación y autonomía en el proceso

poder elegir

respetar las decisiones del paciente

comunicación del paciente moribundo con su familia y sus médicos

resolución de asuntos personales

aceptación del proceso

no confusión mental

no dolor

El hecho de la muerte, de la no vida, ha sido en todas las sociedades, para todos los grupos humanos y para todos los individuos una situación que se ha afrontado de muy diversas formas. En general, a pesar de que la muerte es una parte, un fenómeno de la propia existencia, existe un rechazo hacia ella, hacia las personas que se hallan cercanas a la situación de muerte.

No se desea hablar de la muerte, a pesar de que está muy presente en lo cotidiano de nuestra existencia. Puestos en palabras, no deseamos hablar de ella ya que sería como decir “ que se maten otro “. la muerte para los hombres es más que una muerte física, pero sólo cundo alguien cercano fallece es cuando nos afecta, pero también en esta situación nos cuesta hablar.

La muerte puede tener una razón, pero jamás un sentido. La vida, en cambio, puede tener sentido; debería tenerlo para todos.

Para todas las personas es necesario saber de la muerte, puesto que es una etapa vital. Sin embargo, para los profesionales sanitarios saber de la muerte es imprescindible, porque el dolor, la enfermedad, y la muerte están presentes en las situaciones de cuidados. El saber sobre la muerte no se aprende como una asignatura más, como un saber científico, ni tampoco se aplica como se aplica este último. El saber científico se transmite por el lenguaje a través del cuál establecemos una relación única y unidireccional entre una palabra y una cosa. Sin embargo el saber sobre la muerte se aprende en las relaciones con otras personas. En estas relaciones descubrimos dónde y cómo se manifiestan las rupturas de comunicación entre personas, entre grupos, en la sociedad en general. Allí es donde se filtra la muerte, en los puntos donde falla el sentido compartido.

Como profesionales, tenemos la función social de encontrar explicaciones a los problemas humanos que en la vida no se encuentran. Tenemos que comprender para poder aliviar, cuidar y curar. Una formación en las relaciones interpersonales permite aprender los valores personales, sociales y culturales que influyen en nosotros mismos, y en las personas que tratamos, respecto de las actitudes adoptadas ante las pérdidas y la separación.

Los propios médicos, parece que desean que se les diga la verdad en caso de ser ellos los pacientes. Pero en cuanto a los propios pacientes no parece existir un deseo claro, en general, de aumentar los conocimientos respecto a la gravedad y la situación en laque se encuentran.

La negación es un mecanismo muy primario e inmaduro, y es muy difícil comunicarse con las personas que niegan la evidencia. Con esta actitud generalizada, no es de extrañar que nos encontremos delante del moribundo y este delante de nosotros, ya que pertenecemos a la misma cultura, faltos de palabras y de instrumentos para comunicarnos. Por ello es preciso que la formación de los profesionales incluya un aprendizaje a lo largo de su carrera, que les permita adquirir conciencia de sus propias actitudes frente al la muerte en sus múltiples y complejas manifestaciones en la vida de las personas y la sociedad.

Comunicarse con los moribundos no tiene que ver con decirles llanamente, o no, que tienen una enfermedad incurable.

Es necesario insistir en un aprendizaje personal y una práctica asistencial.

MIEDO A LA MUERTE

Para los pueblos antiguos la muerte siempre ha sido desagradable, y siempre ha buscado algo más allá. Nuestro inconsciente no reconoce un verdadero final de nuestra vida aquí en la tierra, nos es inconcebible morir por una causa natural o vejez. La muerte de por sí va asociada a un acto aterrador, algo que exige pena y castigo.

Cuando nos hacemos mayores y empezamos a darnos cuenta de que nuestra omnipotencia en realidad no existe, de que nuestros deseos más intensos no son tan poderosos como para hacer posible lo imposible el miedo se mantiene, a veces atenuado mientras no se le provoque con demasiada fuerza.

Con la muerte nos invaden sentimientos de cólera, rabia y culpabilidad. El proceso de dolor siempre lleva consigo algo de ira. La muerte es todavía un acontecimiento terrible y aterrador y el miedo es un miedo universal.

Hay muchas razones por las que hoy en día no se afronta la muerte con tranquilidad, morir es algo solitario, mecánico y deshumanizado.

Es solitario porque a menudo el paciente es arrebatado de su ambiente familiar. Es mecánico debido al trato que se le da al paciente en el hospital. Y es deshumanizado debido a que a veces no se respeta la dignidad.

¿ Estamos volviéndonos más o menos humanos? Sea cual sea la respuesta el paciente hoy sufre más no físicamente sino emocionalmente.

EL MORIBUNDO COMO MAESTRO

Hablar o no hablar esa es la cuestión.

Hacer frente a un paciente después de diagnosticar una enfermedad incurable siempre es difícil. La cuestión no es preguntarnos cómo deberíamos de decírselo sino cómo compartirlo. El médico debe ser capaz de hablar francamente si sinónimos de muerte inminente, debe de dejar una puerta abierta a la esperanza. Es fundamental que haga comprender al paciente que no está todo perdido, que no va a desahuciarle por el hecho de ser moribundo pues es una batalla que van a librar juntos paciente familia y médicos sea cual sea el resultado.

Al pregunta de cuánto tiempo va a vivir se le puede contestar con que nadie lo sabe puesto que de la forma contraria es una de las formas peores de tratar al enfermo. Un caso especial sería informar al jefe de familia de la brevedad de su futura vida aunque en este caso también se le puede comentar que ponga en orden sus cosas mientras tenga tiempo y fuerza para hacerlo.

La necesidad de negación del paciente es directamente proporcional a la del médico, pero diferentes pacientes reaccionan de modo diferente según su personalidad y estilo de vida, los que hayan afrontado situaciones de tensión anteriores cara a cara harán lo mismo en este caso. Por eso es muy útil tener trato con el paciente para descubrir sus puntos fuertes o débiles.

Es difícil compartir una noticia dolorosa. Cuanto más simple se hace más fácil suele ser para el paciente. La información debe realizarse en una pequeña habitación y no en el pasillo. Debemos darles garantías de hacer todo lo posible, ya que así el paciente tendrá confianza en el médico y tiempo para pensar en su nueva y difícil situación.

PRIMERA FASE: NEGACIÓN Y AISLAMIENTO

La mayoría al enterarse de su enfermedad mortal reaccionan diciendo, “ no, yo no, no pude ser verdad “. Esta negación es común tanto en aquellos a los que se les comunica directamente desde un principio su enfermedad, y a aquellos a los que no se les decía explícitamente y que llegaban a aquella conclusión por si mismos.

Esta negación tan angustiosa es más típica del paciente que es informado prematura o bruscamente por alguien que no le conoce bien o que lo hace rápidamente para “acabar de una vez “ sin tener en cuenta la disposición del paciente. La negación, por lo menos la negación parcial, es habitual en casi todos los pacientes, no sólo durante las primeras fases de la enfermedad o al enterarse del diagnóstico, sino también más adelante, de vez en cuando.

La negación funciona como un amortiguador después de una noticia inesperada e impresionante, permite recobrarse al paciente y, con el tiempo, movilizar otras defensas menos radicales. Esto no significa, que este paciente, más adelante, no esté dispuesto, a sentarse a charlar, con alguien, de su muerte inminente. Este dialogo deberá tener lugar cuando buenamente pueda el paciente y ha de terminar cuando el paciente no pueda seguir afrontando los hechos y vuelva a su anterior negación.

Generalmente la negación es una defensa provisional y pronto será sustituida por una aceptación parcial.

La necesidad de negación existe en todos los pacientes alguna vez, luego, la necesidad va y viene, y el oyente sensible y perceptivo reconocerá esto y respetará las defensas del paciente sin hacerle consciente de sus contradicciones.

Si el personal del hospital, se sientan y escuchan, y repiten sus visitas aunque al paciente no le apetezca hablar en el primer o segundo encuentro, el paciente pronto comenzará a sentirse confiado, porque hay una persona que se preocupa por él, que está disponible, que se queda por allí.

Cuando estén dispuestos a hablar se abrirán, y compartirán su soledad, unas veces con palabras, otras con pequeños gestos o comunicaciones no orales.

SEGUNDA FASE: IRA

Cuando no se puede seguir manteniendo la primera fase de negación, es sustituida por sentimientos de ira, envidia, y resentimiento.

Les surge la siguiente pregunta: “ ¿ Por qué yo? “.

Esta fase de ira a diferencia de la anterior es muy difícil de afrontar para al familia y el personal. Esto se debe a que la ira se desplaza en todas las direcciones y se proyecta contra lo que les rodea, a veces casi al azar.

La familia que les visita es recibida con poco entusiasmo, con lo que el encuentro se convierte en algo violento. Luego responden con dolor y lagrimas culpabilidad o vergüenza, o eluden futuras visitas, lo cual sólo sirve para evitar la incomodidad y el disgusto del paciente.

A donde quiera que mire el paciente en esos momentos, encontrará motivos de queja.

TERCERA FASE: PACTO

Es menos conocida pero igualmente útil para el paciente, aunque sólo durante breves periodos de tiempo.

En realidad, el pacto es un intento de posponer los hechos; incluye un premio “ a la buena conducta “, además fija un plazo de “ vencimiento “ impuesto por uno mismo y la promesa implícita de que el paciente no pedirá nada más si se le concede este aplazamiento.

La mayoría de los pactos se hacen con Dios y generalmente se guardan en secreto o se mencionan entre líneas o en el despacho de un sacerdote.

CUARTA FASE: DEPRESIÓN

Cuando el paciente desahuciado no puede seguir negando su enfermedad, su insensibilidad o estoicismo, su ira y su rabia serán pronto sustituidos por una gran sensación de perdida.

Al tratamiento y la hospitalización prolongados, se añaden las cargas financieras. A esto puede añadirse la perdida del empleo debido a las muchas ausencias o a la incapacidad de trabajar.

Todas estas circunstancias y otras añadidas son razones de depresión para el paciente moribundo que va causar un dolor preparatorio por el que ha de pasar el paciente desahuciado para disponerse a salir de este mundo.

El segundo tipo de depresión no tiene lugar como resultado de la perdida de algo pasado, si no que tiene como causa perdidas inminentes. Debemos intentar hacer ver a setos pacientes la cara alegre de las cosas que le rodean, por ejemplo hacer saber a una madre que sus hijos juegan felices.

Cuando la depresión es un instrumento para prepararse a la pérdida inminente de todos los objetos de amor, entonces los ánimos y las seguridades no tienen tanto sentido para facilitar el estado de aceptación. Y si se les permite expresar su dolor en este tipo de depresión, encontrará mucho más fácil la aceptación final.

En el dolor preparatorio no se necesitan palabras o se necesitan muy pocas. Es mucho más un sentimiento que puede expresarse mutuamente y a menudo se hace mejor tocando una mano, acariciando el cabello, o sencillamente, sentándose en la cama en silencio.

QUINTA FASE: ACEPTACIÓN

Cuando el paciente ha tenido tiempo para asumir su situación y se le ha ayudado a pasar por las fases antes descritas llegará una fase en la que su destino no le deprimirá ni le enojará.

Se habrá podido desahogar anteriormente.

Se sentirá cansado, y débil o sentirá la necesidad de dormitar a menudo. No hay que confundir esta fase con una fase feliz. Para el paciente, esta fase está desprovista de sentimientos y es la familia quien necesita más apoyo. El paciente lo único que necesita es la presencia de alguien a su lado, aunque no haya comunicación oral, simplemente el silencio, el contacto entre las manos pueden ser las comunicaciones más llenas de sentido.

Los pacientes mueren con más facilidad si se les ayuda a desligarse lentamente de todas las relaciones importantes de su vida. Quizás se puede hacer una comparación de esta fase con la primera infancia, que es una edad en la que no se nos pide nada y se nos da todo lo que queremos, es una época de pasividad, una edad de narcisismo primario en la que el yo lo es todo.

Así que quizás al final de nuestros días, cuando hemos trabajado, dado, disfrutado, sufrido, volvemos a la fase en la que empezamos, cerrando el círculo de la vida.

ESPERANZA

La única cosa que generalmente persiste a lo largo de todas estas fases es la esperanza. Aún los enfermos más realistas, y los que aceptan de mejor manera su situación, mantienen una chispa de esperanza para su curación o para la aparición de un medicamento nuevo. Esta chispa de esperanza les sostiene durante días, semanas o incluso meses de sufrimiento. El papel del médico en este caso, no se trata de decirles mentiras, pero es importante compartir con el paciente su esperanza.

Cuando el paciente deja de manifestar esperanza generalmente es señal de muerte inminente. Un ejemplo podría ser el paciente que creía en un milagro, y un día comenta: “ creo que este es el milagro ahora estoy dispuesto y no tengo miedo”.

Con este aspecto de la esperanza pueden surgir dos tipos de conflictos:

la transmisión de una sensación de desesperanza por parte del personal o la familia cuando el paciente todavía necesita esperanza.

Por la incapacidad de la familia para aceptar la fase final de un paciente, cuando ya el propio paciente estaba dispuesto a morir y notaba la incapacidad de la familia par afrontar este hecho.

Es fundamental para el paciente moribundo que se le siga considerando como el único responsable de su vida, y que aún sigue manteniendo la capacidad de autogobierno.

Sería muy útil que hubiera más gente que hablara de la muerte como de una parte intrínseca de la vida, del mismo modo que no vacilan de que alguien está esperando otro niño. Debemos estar dispuestos en cualquier momento a escuchar al paciente moribundo, porque cuando siente que hay alguien que le escucha éste se va a sentir mucho mejor y será capaz de transmitirle sus inquietudes y necesidades, constituyendo un gran desahogo para el paciente.

LA FAMILIA DEL PACIENTE

La reacción de la familia ante la enfermedad del paciente contribuirá en mucho a la respuesta de éste. Es muy importante para el enfermo y la familia, ver que la enfermedad no rompe totalmente un hogar, ni priva completamente a todos los miembros de cualquier actividad placentera.

El propio paciente puede ser gran ayuda para sus parientes a la hora de hacerles afrontar su muerte. El compartir con naturalidad algunos de sus pensamientos y sentimientos con los miembros de la familia para ayudarles a hacer lo mismo. Un elevado porcentaje de viudos y viudas presentan síntomas somáticos que son consecuencia de su incapacidad para sobreponerse a sus sentimientos de dolor y culpa.

TERAPIA DEL ENFERMO DE MUERTE

El paciente desahuciado tiene necesidades muy especiales que pueden cubrirse si nos tomamos tiempo para escuchar y averiguar cuáles son. Muchos pacientes se aferran a la vida porque tienen asuntos pendientes. Todos estos se encuentran mejor después de hacer confesiones o de encontrar soluciones para el cuidado de otros, y generalmente, morían poco después de que desapareciera el asunto pendiente.

Hay un momento en la vida de un paciente en que deja de haber dolor, y la mente deja de imaginar cosas, la necesidad de alimento se vuelve mínima y la conciencia de lo que le rodea desaparece en la oscuridad. Es entonces cuando los parientes recorren los pasillos del hospital, atormentados por la espera. En esos momentos es demasiado tarde para las palabras, y no obstante, es cuando los parientes piden más ayuda con o sin palabras.

El personal sanitario puede ser una gran ayuda, durante estos momentos finales, si logran comprender los conflictos de la familia en ese momento y ayudan a seleccionar la persona que se sienta más capaz de estar junto al paciente moribundo.

Los que tienen la fortaleza y el amor suficiente para sentarse junto al paciente moribundo en el silencio que va más allá de las palabras, sabrán que ese momento no es espantoso ni doloroso, sino el pacífico cese del funcionamiento del cuerpo.

“Observar la muerte pacífica de un ser humano nos recuerda la caída de una estrella; en un silencio inmenso, una de entre un millón de luces brilla solo unos momentos y desaparece para siempre la muerte perpetua.”

Atiende a este día, porque él es Vida, pues el Ayer es ya un sueño y el Mañana, tan solo una visión.

Pero el Hoy bien vivido convierte cada Ayer en un sueño de felicidad y cada Mañana, en una visión de Esperanza.

Insomnio en el anciano


¿Cuál es su importancia? Los trastornos del sueño son problemas frecuentes e importantes en el anciano, y de ellos el más relevante es el insomnio. Siendo más frecuente, entre los ancianos, las mujeres, los individuos con un status socieconómico bajo y sujetos con trastornos psicológicos concomitantes.
Se ha demostrado, que su frecuencia aumenta con la edad, de forma que más del 50% de las personas mayores de 65 años que viven en su domicilio, refieren tener problemas habituales con el sueño cuando son interrogadas, llegando a alcanzar cifras de alrededor de 2/3 en el caso de ancianos institucionalizados. Si bien es reconocido que el sueño reconstituye y que la consecuencia más importante de la falta de sueño es un aumento de la somnolencia diurna, su importancia radica también en que incide en el estado general de salud causando irritabilidad, mal humor, falta de concentración, deterioro de la memoria y, por consiguiente,
disminuyendo la salud física y mental, con un intenso efecto negativo sobre la calidad de vida del anciano. Asociándose además, a un incremento de la morbi-mortalidad con disminución del grado de alerta, causando por ejemplo accidentes de tráfico.
Además no se debe olvidar, que estas alteraciones del sueño, provocan un uso más bien indiscriminado de fármacos para dormir, ocasionando una de las causas más comunes de reacciones adversas a fármacos entre los ancianos.

¿Cuándo hablamos de Insomnio? Aunque existen varias definiciones académicas, en términos prácticos, este trastorno del sueño por defecto, se puede definir como: "Una dificultad para conciliar el sueño o para mantenerlo o incluso un despertar precoz, acompañados de una sensación insuficiente o no reparadora, que se presenta por lo menos 3 veces en una semana durante un mínimo de 1 mes, con las consiguientes repercusiones sobre la vigilia diurna, lo
suficientemente graves, para dar lugar a cansancio diurno y otros síntomas observables"El insomnio se puede clasificar de varias formas, teniendo especial interés práctico valorarlo en función de su severidad y duración.
Así se habla de:

Insomnio transitorio:Su duración es inferior a una semana. Suele ser autolimitado y con un claro desencadenante, que en el caso de los ancianos, suelen ser los cambios de domicilio o dormitorio o las enfermedades agudas intercurrentes.

Insomnio de corta duración: Su duración se mantiene durante un máximo de 3-4 semanas. Frecuentemente su factor desencadenante es un trastorno afectivo-emocional, como la perdida de un ser querido o problemas con familiares o amigos. Ocasionalmente esta causado por problemas serios orgánicos agudos. Hay que tener en cuenta que muchos de ellos pueden cronificarse.

Insomnio crónico: Es aquel que tiene una duración mayor de 4 semanas, incluso pudiendo
durar meses o años. Aunque algunos tienen una causa orgánica reconocible, suelen plantear problemas tanto de severidad como de conocer su causa. Dentro de este grupo, se incluye el ocasionado por fármacos, alcohol, trastornos psicológicos, alteración del ritmo vigilia/sueño, y el llamado "condicionado", que se caracteriza por tratarse de sujetos que tienen tendencia a dormirse en determinadas situaciones como, al ver la televisión, presentando después dificultades para conciliar el sueño por la noche.

¿Cuáles son las causas del Insomnio en el anciano?.

En la mayor parte de los casos es de etiología multifactorial.Por eso, ante un anciano con quejas de dormir menos, de despertarse varias veces por la noche, de despertarse demasiado pronto por la mañana y de tener sueño durante el día y consecuentemente dormir la siesta, se deben investigar el conjunto de factores o causas que pueden desencadenar o agravar el insomnio del anciano, como son:

Cambios fisiológicos del ciclo vigilia/sueño con la edad: Tal vez, el factor más significativo es que la arquitectura normal del sueño cambia con el envejecimiento.Con el paso de los años, se dedica menos tiempo a las fases reconstituyentes (NREM), de forma que hay una disminución gradual de la proporción de las fases de sueño lento y profundo (fases 3y4), con lo que la proporción de sueño lento no supera el 10% del sueño nocturno en los mayores de 60 años.

Predominando el sueño ligero (fases 1y2). Alteración de la calidad y cantidad del sueño REM (onírico). Aumento de la frecuencia y duración de los despertares nocturnos (entre 8 y 40 despertares por noche, que representan 1ó2 horas de vigilia nocturna). Siendo los despertares debidos a un sueño ligero, susceptible de ser interrumpido por estímulos internos y externos.

La duración total del sueño disminuye gradualmente, ya que a partir de los 50-60 años se duerme menos tiempo, con un sueño de peor calidad, al cursar con frecuentes interrupciones. Así en líneas generales, el anciano suele dormir un promedio de 6 horas nocturnas y 1-2 horas diurnas frente a las 7-8 horas nocturnas de un adulto normal. Aunque el tiempo en la cama en el anciano se prolonga, estando un promedio de 8,5 horas en ella.

Aumenta el número de siestas durante el día. Existiendo mayor somnolencia y fatiga diurna. Por tanto, se puede afirmar que lo que disminuye con la edad no es la necesidad de dormir sino la capacidad de dormir.Otro hecho es que, con la edad, ocurren cambios en nuestro reloj biológico o ritmo circadiano. De tal manera, que a medida que envejecemos se adelanta, produciendo un adelanto de la fase de sueño, de ahí que muchos ancianos se quejen de despertarse pronto
por la mañana y ser incapaces de volver a dormirse. Estas personas empiezan a sentir sueño al final de la tarde, alrededor de las 8-9, despertándose de madrugada. Por lo cual, aunque retrasen su hora de acostarse seguirán despertándose de madrugada. Significando que solo duermen de 5-6 horas, según su reloj biológico adelantado. Estos ancianos requieren como mejor tratamiento la exposición a la luz solar de mediodía o de primera hora de la tarde

Trastornos primarios del sueño:Hay 2 trastornos primarios del sueño de elevada frecuencia en el anciano que pueden manifestarse como insomnio con frecuentes despertares nocturnos y somnolencia diurna, como son:Síndrome de Apnea del sueño (SAS):

Aunque en estos casos la hipersomnolencia diurna es más típica, pueden manifestar como queja primaria el insomnio. Ocurre en un 28% de los varones y un 19% de las mujeres, mayores de 65 años. Siendo individuos que no pueden respirar, con episodios de cese de la respiración (Apnea) de 10 segundos hasta 1 ó 2 minutos, y dormir al mismo tiempo. Pudiendo existir de 10-15 a más de 100 episodios respiratorios por hora de sueño. Debe ser sospechado en ancianos, sobre todo varones que roncan, obesos, hipertensos, con un sueño fragmentado y no reparador, lentitud mental y falta de concentración.

Su importancia radica en que estos pacientes tienen un riesgo aumentado de morbi-mortalidad cardiaca y cerebrovascular. Ante la sospecha, sería aconsejable remitirlos, a la consulta de un neumólogo para conocer sus causas, valorar un estudio polisomnográfico, y establecer un tratamiento, bien sea higiénico como perder peso, farmacológico, un aparato de presión continua positiva en la vía aérea (CPAP), o incluso quirúrgico, según su origen y gravedad.

El Síndrome de piernas inquietas:
Aparece antes de dormir y se caracteriza por una urgencia irresistible de mover las piernas, lo que le obliga a cambiar de forma permanente de posición y suele asociarse a las mioclonías nocturnas, que son movimientos periódicos de las piernas mientras duerme de 2-4 segundos de duración y repetidos cada 20-40 segundos. Cada movimiento va seguido de un breve despertar. Ocurre en un 30-45 % de los ancianos. Si se manifiestan con clínica, se descartarán entre otras:
uremia, diabetes, enfermedad de Parkinson, fármacos…Su tratamiento es difícil y con efectos variables.

Trastornos del sueño secundarios:Enfermedades médicas:

Cualquier enfermedad lo suficientemente grave puede romper el ciclo vigilia/sueño. Siendo los mecanismos habituales por los que éstas causan insomnio: el dolor como en enfermedades neoplásicas u osteoarticulares; disnea como en enfermedades cardiorespiratorias; frecuencia urinaria (un 20% de los despertares de > de 5 minutos en los ancianos es causado por el deseo de orinar) como en enfermedades endocrinas o prostáticas; disconfort nocturno como la dispepsia, y otros síntomas que interfieren con el sueño normal.

Enfermedades neuropsiquiátricas:

Como la demencia y la depresión. Las pesadillas, son frecuentes en ancianos con infartos lacunares cerebrales, enfermedad de Parkinson que toman levodopa, o en ancianos que toman fármacos que actuan sobre la fase REM del sueño como los antidepresivos tricíclicos, propanolol, esteroides, quinidina.

Uso de Fármacos y otras sustancias:

Casi todos los fármacos pueden afectar al sueño. Teniendo en cuenta que la mayoría de los ancianos toman una o más medicaciones los efectos se pueden sumar y aún multiplicar, o bien porque los fármacos actuen directamente sobre el sueño como s la teofilina, antihipertensivos de acción central, fenitoína, Beta- bloqueantes, uso crónico de fármacos hipnótico-sedantes…etc, o bien a través de mecanismos farmacológicos indirectos como la nicturia que causan los diuréticos o la hipoglucemia por mal ajuste de los antidiabéticos orales. El alcohol, tabaco y cafeína, son estimulantes, cuya acción puede durar más de 12 horas. Aunque existen variaciones individuales, los ancianos por su metabolismo suelen ser más sensibles a sus efectos.
Otros:
Incluyen malos hábitos de sueño, factores ambientales, problemas sociales, situaciones de stress, o falta de adaptación a cambios en el estilo de vida.

¿Cómo abordar el insomnio en el anciano?

Algunos ancianos o sus familiares piensan erróneamente que la somnolencia diurna es normal en la vejez, así como creen que las personas mayores necesitan dormir menos, por lo que puede influir en que no informen de sus problemas a su médico. Esto hace que, junto a que los ancianos suelen sobrevalorar o infravalorar la duración y calidad de su sueño, sea a veces difícil detectarlos, y por tanto establecer su tratamiento.


En primer lugar, en cuanto a su diagnóstico: Es fundamental la colaboración del paciente anciano insomne, su pareja y su familia. Primero consultando a su médico si observa, dificultades para conciliar el sueño, despertares tempranos por la mañana, ronquidos, pesadillas, bruxismo, tirones en las piernas y golpes en la cama, hipersomnolencia diurna, automedicación nocturna.

También, a través de un "diario del sueño", donde se reflejara el número total de horas de
sueño, la dificultad para conciliar y mantener el sueño, los despertares precoces, el nivel de actividad del día siguiente, las siestas diurnas, la rutina al levantarse y al acostarse; relacionados con el sueño durante las 24 horas del día en un periodo de 2 a 3 semanas. Cabe mencionar, que los estudios polisomnográficos en el anciano, se recomiendan en situaciones especiales.

En segundo lugar, en cuanto al tratamiento:

La resolución de los factores predisponentes o precipitantes es el primer paso fundamental en el manejo del anciano con insomnio. Considerando posteriormente las medidas farmacológicas y no farmacológicas.

Medidas no farmacológicas:

Es importante que los ancianos sepan que con el paso de los años normalmente ocurren cambios en las pautas del sueño, de ahí que se debe insistir, en que en primer lugar se debe recurrir a la corrección de los malos hábitos del sueño, mediante unas recomendaciones de "higiene del sueño", ya que una gran mayoría de las quejas de los ancianos insomnes se van a poder solucionar si las realizan.

Recomendaciones:
Mantenga horarios regulares, tanto para acostarse como para levantarse.
Duerma solo lo necesario para encontrarse descansado y despejado al día siguiente.
Limite la presencia en la cama a un máximo de 8 horas.
Durante el día, limite las siestas a un tiempo máximo total de 30 minutos.
Evite dar cabezadas durante el día.
Intente realizar ejercicio moderado y continuado durante el día (caminar es suficiente), aunque no en las horas inmediatamente anteriores al acostarse.
Reserve el dormitorio exclusivamente para dormir.
Procure que el dormitorio sea tranquilo y sin exceso de luz, con una temperatura agradable. En una cama confortable, con un pijama adecuado.
Cuide su alimentación, de forma que separe la hora de acostarse de la cena, ni se vaya con hambre a la cama. Tómese un vaso de leche templada.
Evite o disminuya sustancias estimulantes, como café, alcohol, te, chocolate, bebidas de cola, sobre todo 6 horas antes de acostarse.
No se esfuerce demasiado en intentar dormir, si después de 30 minutos de estar en la
cama es incapaz de conciliar el sueño. Levantese y realice alguna actividad relajante como leer, darse una ducha de agua templada, hasta que sienta de nuevo sueño.
Evite estar viendo las manecillas del reloj.
Limite la ingesta de líquidos previa a irse a la cama, así evitara los despertares nocturnos para ir al baño.

Medidas farmacológicas:

Solamente cuando lo anterior no haya dado resultado se recurrirá a ellas. La prescripción de Benzodiacepinas de vida media corta o de otros fármacos, además de realizarse a la más baja dosis, solo se hará en el caso del insomnio transitorio o el de corta duración, o a corto plazo en el insomnio de tipo crónico, de forma intermitente.
No se automedique, confíe en su médico y siga sus indicaciones.

PROBLEMAS CARDIORESPIRATORIOS

Manifestaciones clínicas cardiovasculares

DISNEA

-Significa respiración difícil, trabajosa, molesta e incluso angustiosa. Es la sensación subjetiva de falta de aire.

PALPITACIONES

-Cuando una persona percibe las contracciones de su corazón, decimos que tiene palpitaciones.

EDEMA

-Es el acumulo de liquido seroso (como suero) en el tejido celular blando subcutáneo o en cualquier otra parte del organismo.

-La piel de la zona edematosa aparece tensa, lustrosa, hinchada.

-Muy a menudo, el color de la piel se vuelve blanco pálido; en otras ocasiones, adopta un color azulado o violáceo, mas frecuente en el edema de origen cardiaco. Cuando el edema se debe una inflamación (absceso, linfangitis, etc.) tiene un color rosado rojizo.

-La localización del edema es variada: inicialmente, suele localizarse en el dorso del pie y los tobillos, extendiéndose después hacia arriba.

-En los enfermos encamados, el edema aparece en las partes declives (sacro y parte posterior del muslo).

-Cuando el edema es poco intenso, desaparece después de una noche de reposo.

CIANOSIS

-Es la coloración azulada de la piel y las mucosas debida a un trastorno en la circulación o en la oxigenación de la sangre. En los casos mas leves, se observa fundamentalmente en labios y uñas.

DOLOR PRECORDIAL

-Es el dolor debido a la patología cardiaca (angina, infarto, etcétera), que el paciente describe como una presión o un peso a nivel del corazón o por detrás del esternón. Con frecuencia se irradia al brazo izquierdo, adormeciéndose a veces ambas manos. También puede irradiar al lado izquierdo del cuello. Suele haber sensación de angustia y tristeza y el paciente refiere palpitaciones.

HEMOPTISIS

-Es la expectoración de sangre:

-Pequeñas cantidades de sangre oscura y coagulada pueden indicar embolia o infarto pulmonar.

-El esputo rosado, espumoso, indica edema agudo de pulmón.

TOS

-La tos de la insuficiencia cardiaca suele ser no productiva (sin expectoración).

AFECCIONES MAS FRECUENTES DEL CORAZÓN

INSUFICIENCIA CARDIACA

DEFINICION

-Es la incapacidad del corazón para hacer frente, en un determinado momento, a las necesidades circulatorias de todo el organismo.

CAUSAS

Cardiovasculares: Las mas importantes son la hipertensión arterial (elevación de la presión arterial) y las cardiopatías valvulares (afectación de las válvulas del corazón)

No cardiovasculares: El ejercicio físico demasiado intenso y prolongado puede provocar insuficiencia cardiaca aguda. las afecciones respiratorias crónicas (asma).

Otras: Hipertiroidismo, déficit de vitamina B1, etc.

-Ante las carencias, el corazón intenta poner en marcha mecanismos compensadores como:

Taquicardia o aumento del numero de latidos por minuto.

Dilatación del corazón.

Hipertrofia, que es el aumento de la masa muscular miocárdica.

-Cuando fallan los mecanismos compensadores, aparece la clínica de la insuficiencia cardiaca.

TIPOS

Podemos dividir la insuficiencia cardiaca en:

Derecha

Izquierda

Congestiva (fallo de ambas mitades conjuntamente).

Insuficiencia cardiaca izquierda:

-Su causa más frecuente es la hipertensión arterial.

-En la insuficiencia cardiaca izquierda, la sangre se acumula a nivel de aurícula izquierda y venas pulmonares. El pulmón sufre una congestión, por lo que los síntomas predominantes son respiratorios.

-El síntoma que hace pensar en una insuficiencia cardiaca izquierda es la disnea que, inicialmente, aparece solo tras el esfuerzo y, mas tarde, cuando el paciente esta acostado (disnea de cubito), lo que obliga al paciente a sentarse con las piernas colgando para facilitar su respiración.

*nota: Cuando la congestión pulmonar es intensa, puede llegar a pasar líquido a presión de la sangre al pulmón, dando origen a un edema agudo de pulmón, cuadro de extrema gravedad que requiere tratamiento inmediato.

Insuficiencia cardiaca derecha:

-Entre sus causas están las enfermedades de la arteria pulmonar así como las enfermedades crónicas del pulmón (enfisema, asma, etc.). A menudo se debe al fallo del ventrículo izquierdo.

Los síntomas que aparecen con mayor frecuencia son:

Congestión e hinchazón de las venas, especialmente visibles en las venas del cuello.

Aumento de tamaño del hígado, con dolor en la zona.

Edemas en zonas declives (tobillos)

Insuficiencia cardiaca congestiva:

Causas: Puede deberse a enfermedades previas del corazón, hipertiroidismo, hipertensión arterial, etc.

Síntomas: El paciente puede notar pulso rápido, disnea, respiración difícil y agitada cuando se hacen esfuerzos que antes no causaban molestias, pies o tobillos hinchados, palpitaciones o dolor en el pecho, mareos, insomnio, cambio de carácter y sensación de cansancio.

¿Cómo actuar ante un paciente con insuficiencia cardiaca?

-Lograr reposo físico y emocional ya que el descanso disminuye el trabajo del corazón, el de los músculos de la respiración y el consumo de oxigeno.

-Elevar la cabecera de la cama o colocar al enfermo en una silla cómoda con brazos.

-Disminuir la ansiedad durante la noche. Con frecuencia estos pacientes están inquietos y ansiosos. Resulta útil elevar la cabecera de su cama y dejar una luz encendida. La presencia de un familiar puede tranquilizar al paciente.

-Educación del paciente con insuficiencia cardiaca-congestiva

-El objetivo es prevenir la progresión de la enfermedad, así como la aparición del fallo cardiaco.

-El enfermo debe aprender a vivir dentro de los limites de su reserva cardiaca

-Reposo diario adecuado:

Dormir un mínimo de ocho horas.

-Evitar emociones fuertes.

-Aceptar el hecho de que debe tomar la medicación según prescripción medica, probablemente durante toda su vida (digital, restricción de sodio, diuréticos).

-Comunicar al enfermo la necesidad de:

Aumentar la deambulación y otras actividades de forma gradual.

Evitar calor y frío extremos, que aumentan el trabajo del corazón.

Vigilar la aparición de síntomas que puedan indicar reaparición de la insuficiencia cardiaca, informando de ello inmediatamente al medico.

ANGINA DE PECHO

-Es un cuadro consistente en la aparición de dolor torácico o presión en la parte anterior del tórax, con irradiación a cuello y brazos, debido a un flujo sanguíneo insuficiente o a un escaso aporte de oxigeno al corazón.

Orientación e instrucciones para el paciente anginoso

-Prevenir episodios de dolor

-Evitar ejercicios intensos.

-Alternar la actividad con periodos de reposo.

-Eludir situaciones que causen inquietud o tensión emocional.

-Evitar ingesta excesiva de alimentos:

Comer raciones pequeñas.

-Evitar el abuso de cafeína (café, bebidas con cola, etcétera).

-Evitar el ejercicio físico hasta dos horas después de las comidas.

-Suprimir el tabaco, pues aumenta la frecuencia cardiaca, la presión arterial y los niveles de monóxido de carbono en la sangre.

-Evitar la salida al exterior en tiempo frío:

-Caminar mas lentamente durante el invierno.

-Abrigarse bien en época invernal.

-En caso de presentarse un ataque anginoso

-Llevar nitroglicerina en todo momento.

-Colocar la nitroglicerina debajo de la lengua al primer signo de molestia torácica.

INFARTO DE MIOCARDIO

-Consiste en la necrosis o muerte de una zona del corazón por oclusión de las coronarias o alguna de sus ramas. La diferencia con la angina es que el infarto comienza con frecuencia sin que exista un esfuerzo previo, dura horas e incluso días y no lo alivia ni la nitroglicerina ni el reposo.

ORIENTACIÓN E INSTRUCCIONES PARA EL PACIENTE CON INFARTO

-Disminuir su actividad durante la convalecencia

-La cicatrización del miocardio comienza pronto, pero no se completa hasta 6 u 8 semanas después.

-Modificar el estilo de vida:

-Evitar toda actividad que produzca dolor torácico o disnea.

-Evitar calor y frío extremos, así como caminar contra el viento.

-Adelgazar según indicación medica.

-Dejar de fumar.

-Comidas frecuentes no abundantes.

-Evitar bebidas que contengan cafeína.

-Incremento gradual de la actividad física

-Caminar a diario incrementando progresivamente la distancia y el tiempo.

-Evitar el ejercicio físico después de las comidas

ARRITMIAS

-La frecuencia cardiaca normal es de 60-80 latidos por minuto en reposo y regulares. Cuando se pierden estas características se habla de arritmias.

-El diagnostico de estas alteraciones se realizan mediante un electrocardiograma.

PARO CARDIACO

-Es una de las causas mas frecuentes de muerte repentina.

-El paciente con una parada cardiaca presenta ausencia de pulso y latido. Lo primero que debe hacerse ante este cuadro es dar un fuerte golpe sobre el pecho con lo que, en algunas ocasiones, se restaura el ritmo cardiaco. Si esto no fuera suficiente, se inicia el masaje cardiaco externo y la respiración artificial.

PATOLOGÍA DEL SISTEMA VASCULAR-PERIFERICO

Existen tres tipos de vasos sanguíneos:

Las arterias, que conducen la sangre desde el corazón a los tejidos.

Los capilares, que permiten el intercambio de sustancias entre la sangre y los tejidos.

Las venas, que conducen la sangre desde los tejidos al corazón.

SÍNDROME ISQUEMICO AGUDO

-Es la interrupción brusca de la circulación en un vaso arterial.

-Cuando afecta a un miembro se manifiesta por dolor intenso, palidez, frialdad, parálisis muscular y, si el cuadro no se corrige, evolución a la gangrena.

SÍNDROME ISQUEMICO CRÓNICO

-Se establece de forma paulatina. Su causa más frecuente son los procesos degenerativos como la arteriosclerosis.

-Se caracteriza por dolor, que aparece un tiempo después de iniciada la marcha y se localiza en la pantorrilla, obligando al paciente a detenerse. Al final de la enfermedad desaparece el pulso arterial, y aparecen frialdad, palidez, y finalmente gangrena.

SÍNDROME VARICOSO

-Las varices son dilataciones venosas que se suelen localizar en las extremidades inferiores. Afectan con mayor frecuencia a las mujeres.

-Se acompañan de edema, pesadez, dolorimiento y picores.

TROMBOSIS VENOSA

-Su mayor complicación es la embolia pulmonar.

HIPERTENSIÓN ARTERIAL

-Aproximadamente un 40% de las personas mayores de 65 años son hipertensas.

-Existe hipertensión cuando la cifra mínima (diastólica) es superior a 95 mm de mercurio o la sistólica se eleva por encima de 140 mm.

-En el anciano, la hipertensión arterial es muy frecuente e importante por la elevada mortalidad que se asocia a sus complicaciones cardiacas, renales y cerebrales.

Indicaciones para el paciente

-Seguir una dieta pobre en sodio y colesterol.

-Evitar el alcohol y el tabaco.

-Comprobar que hace un seguimiento correcto del tratamiento indicado por el medico.

Afecciones respiratorias mas frecuentes:

NEUMONÍA

-Es una infección aguda de las vías respiratorias inferiores (bronquiolos, terminales y alvéolos).

-Los ancianos son especialmente susceptibles de sufrir procesos neumónicos.

-Sus síntomas mas frecuentes son: fiebre, tos, dolor torácico, disnea, taquipnea (que es el aumento del numero de respiraciones por minuto, siendo lo normal hasta 20-25) y expectoración.

-En el anciano se puede presentar como confusión, somnolencia, vómitos ...

ENFERMEDAD PULMONAR OBSTRUCTIVA CRONICA

-Es un cuadro en el que se produce una disminución de la función pulmonar. Bajo este nombre se engloban el enfisema, el asma y la bronquitis crónica.

-Su causa principal es el tabaco, aunque pueden existir otras causas como la contaminación ambiental, profesional. etc.

-Se manifiesta por dificultad para respirar (disnea), inicialmente con el ejercicio, haciéndose mas intensa.

GRIPE

-Es una infección aguda que puede producir cefalea, debilidad, dolores musculares, fiebre, perdida de apetito, o manifestaciones debidas a la implicación de vías bajas, como tos y disnea.

-Los ancianos presentan un riesgo cuatro veces mayor de adquirir esta afección que las personas menores de 40 años. Sus principales complicaciones son la neumonía viral, la bronquitis, la deshidratación y el delirio.

-Todas las personas mayores deben vacunarse.

TUBERCULOSIS

-Es la infección del pulmón producida por el bacilo de la tuberculosis.

-No obstante, como muchas personas mayores se infectaron antes o durante los inicios de este siglo, la reactivación de antiguas infecciones ha llevado a un incremento en el nº de casos nuevos entre la población anciana.

-Se manifiesta con malestar, perdida de peso y de apetito, tos, hemoptisis, dolor torácico, desorientación, confusión.

ACTUACIÓN

Actuación frente a las patologías de las vías respiratorias:

Eliminación y control de secreciones

Hidratación adecuada, que diluye y fluidifica las secreciones pulmonares, y al mismo tiempo restituye la perdida de líquidos por sudor, fiebre ...

Humidificación del medio.

Estimulación de la tos:

Inhalar (coger aire).

Exhalar (expulsar) y toser con fuerza, mientras se contrae el abdomen.

Fisioterapia torácica.

Si el paciente esta muy débil, inspiración nasotraqueal.

Alivio del dolor Pueden emplearse analgésicos (siempre por prescripción medica).